MILÁN- FLORENCIA- LUCCA – PISA

Este viaje lo organizamos con menos con cinco días antelación puesto que hasta esa fecha no habíamos tenido asegurados los días libres. Por ese tema y por coincidir con las pascuas nos salió un poco más caro de lo esperado, con más tiempo o en otras fechas pienso que el tema del vuelo y hotel nos habría salido un 50% más barato.

Los vuelos fueron con Ryanair. Valencia – Milán el día 30 de marzo, y la vuelta Pisa – Valencia 4 Abril.

Un total de 5 noches que distribuimos de la siguiente manera:

-Milán: 1 noche

– Florencia 3 noches

– Pisa 1 noche

30 Marzo 2010: Valencia – Milán

Salida sobre las 14:10 desde el aeropuerto de Valencia con la compañía Ryanair (que estaba especialmente dura con el tema de los pesos de las maletas y equipaje de mano). El vuelo fue puntual pero con muchas turbulencias. Una vez en el aeropuerto de Milán nos acercamos a la ventanilla de la compañía Autostradale  para comprar los billetes del trayecto Aeropuerto Bérgamo – Milán. En ese momento la compañía autostradale tiene la oferta 3×2 (por el precio de 2 billetes te da tres) así que justo en la ventanilla había un chico ofreciéndose a compartir dicha oferta con la primera pareja que pasara que fuimos nosotros. Así que con unos 6 euros por billete teníamos todo arreglado para ir a Milán (si no hubiera sido por esta oferta hubieran sido unos 9 euros por billetes).

Los autobuses paran en un lateral de la Estación Central de Milán. Tras recoger equipaje nos dirigimos al hotel (perdimos al chico madrileño con el que habíamos compartido la oferta y no nos pudimos despedir). Chispeaba.

El hotel que teníamos reservado era el Grand Doria, está a cinco minutos caminando de la estación e incluso todavía tiene otra parada de metro más cercana (caiazzo). Nos costó 85 euros la noche con desayuno. Habitación doble con baño. La verdad es que probablemente con más tiempo se puedan elegir hoteles más baratos pero en nuestro caso acabamos muy satisfechos con la elección de este hotel. Limpio, bien situado para cortas estancias en las que el punto de entrada sea la Estación Central. Paradas de metro cercanas…

Dejamos trastos en el hotel y al metro. Compramos el billete de 24 horas por 3 euros (te permite subir a metro /tranvía / bus durante 24 horas desde la primera vez que lo validas) y nos dirigimos por la línea 3 (la amarilla) al Duomo. La salida en esa parada siguiendo la indicación de la Scala es espectacular. Las ultimas escaleras antes de salir a la calle son una especie de piano como el de la película de Big, de tal forma que a medida que la gente sube y baja va sonando música y además cuando ya empiezas a ver la luz de la calle… zas… ahí la tienes, en frente tuyo, la catedral, el Duomo, con toda su espléndida fachada saliendo a darte la bienvenida.

Esa tarde estuvo chispeando de manera intermitente lo cual la verdad es que fastidia un poco el viaje, pero bueno, tuvimos suerte porque realmente esa fue la tarde que peor tiempo nos hizo.

Tras ver la fachada del Duomo rápidamente nos dispusimos a callejear. Primero por la impresionante Galleria de Enmanuel con sus lujosos escaparates que estaban cerrando cuando llegamos. De ahí cogimos la salida que va a parar a la plaza donde se encuentra situada la Scala y en la misma acera de la Scala cogimos el tranvía nº1 cuyo vagón era de 1878 (casi nada) para dirigirnos al Castello Estorzesco. Ya había oscurecido y lo vimos iluminado por fuera. Paseamos callejeando hasta el barrio de Brera con algunas calles encantadoras y cenamos por 42 euros en un restaurante llamado Sans Egal (todo muy bueno).

Paseando tras la cena con calma volvimos hasta la Scala donde volvimos a coger el metro hasta nuestro hotel.

31 DE MARZO DE 2010.  Milán – Florencia

Ese día nos levantamos sobre las 9, desayunamos en el hotel (desayuno muy completo) y dejamos las maletas en la consigna del hotel. Tras eso nos pusimos en marcha.

Cogimos el metro en la parada de Caiazzo, trasbordo en la estación central y de ahí de nuevo al Duomo. Hoy no llovía y queríamos aprovechar para ver todo lo que el día anterior la lluvia nos había fastidiado. Salimos de nuevo por la boca del metro que sale justo en frente de la catedral… ¡¡qué fachada más magnífica!!. Entramos dentro y vimos su interior. Tras eso de nuevo a la Galleria de Enmanuel. Muchas de las tiendas todavía no habían abierto, caminamos hasta la salida de la Scala y decidimos ir paseando hasta el barrio de Brera que la noche anterior nos había encantado. Llegamos al Castello Estorzesco (este castillo es un símbolo del estilo renacentista de Milán) al que entramos, atravesándole para salir justo por la puerta contraria y dirigirnos por Corso Magenta hasta la Iglesia de Sta Maria delle Grazie donde se encuentra el Museo que contiene “la última Cena” (para ver el cuadro es imprescindible tener entrada, cosa de la que nosotros carecíamos) así que nos limitamos a pasear por las calles de la zona con sus tranvías y bicicletas hasta retroceder de nuevo hasta la Plaza Cordona donde de nuevo nos subimos al tranvía (a mí lo del tema de tranvía fue quizás lo que más me gustó de Milán… le da un ambiente tan retro-romántico…. Ay, si es que en el fondo soy una romántica…). Llegamos de nuevo a la Scala, Duomo y de nuevo metro hasta la parada de la Estación Central donde compramos los billetes de tren para las 14:00  (Milán- Florencia) en una de las máquinas que hay en la Estación y donde compras el billete con pago con tarjeta de crédito. El precio 52 euros por persona.

Nos quedaba una hora y media, así que en ese tiempo fuimos a supermercado en frente del hotel donde compramos lo necesario para realizar unos bocatas, recogimos la maleta y nos dirigimos con ellas caminando hasta la Estación. Como nos sobraba tiempo dimos una vuelta por la misma y nos sentamos en un banquito a prepararnos los bocatas (el jamón serrano que llevábamos de Valencia y el queso, pan, papas y coca-cola que acabábamos de comprar… ¡genial!)

La salida del tren fue puntual. Iba casi lleno. Durante el trayecto nos comimos los bocatas. El tren realiza una parada en Bologna. Llegamos puntuales y sin incidencias.

Una vez llegamos localizamos con mucha facilidad el Hotel Bocaccio que reservamos a través de Venere. Está situado en Via Scala, la habitación era más pequeña que la de Milán pero limpia y correcta. Tras dejar los trastos corriendo a conocer Florencia.

Hace fresquito, está muy nublado pero… ¡¡de momento no llueve!!!. Pasamos por la Piazza de la República (donde hay un tiovivo) y enseguida al Duomo… ¡¡pero de dónde ha salido tanta gente!!… casi no podemos caminar y oímos español allá donde vamos. Tras dar una vuelta al Duomo nos dirigimos a la Piazza de la Signoria… ¡¡Lástima las grúas y andamios!!. Paseamos por las columnas de los Uffizzi y pasamos por el mercato Nuevo (el pobre Porcelino estaba rodeado de turistas a la caza de tocarle el hocico)… ese día no seríamos nosotros los que acosáramos al porcelino… ¡¡quizás otro!!.

Nos asomamos al río Arno y tuvimos la primera vista del Ponte Vecchio…una pena pero también tenía andamios. Lo cruzamos para dirigirnos al Puente de la Trinita.

Justo en la esquina junto al puente de la Trinitá hay una heladería donde no dudamos en comprar un Gelatto que nos comimos en medio del puente contemplando el Ponte Vecchio.

Tras el helado hemos paseado hasta la Iglesia de Sto Spirito y de ahí paseando pasamos junto al Palazzo Pitti. Paramos en una cafetería a tomar un vino dulce y un chocolate y emprendimos la subida a la Piazza Mickelangello para contemplar las vistas de Florencia desde allí. Fotos, fotos y frío….

Bajamos hasta el río Arno y paseamos por su orilla hasta el Ponte Vecchio en busca de donde cenar. Finalmente lo hicimos en Tratoria Bordino en Via Stratacciatella:

Cena de ensalada verde + 1 antipasta + 2 platos de pasta + 2 cafés, copa de vino, cocacola y agua por 37euros los dos.

Tras la cena las calles se habían vaciado. Hacía frío. Paramos en el Ponte Vecchio donde antes los enamorados encadenaban candados como muestra de amor. Actualmente esa costumbre está prohibida y multada, por lo que nosotros la sustituimos por algo más clásico y menos original, lanzamos un céntimo cada uno al río Arno.

Paseamos tranquilamente pasando de nuevo por el mercado nuevo donde el Porcellino estaba solo, así que aprovechamos para acariciarle el hocico. Paseamos por Vigna nuova viendo las tiendas de lujo hasta el hotel.

1 de ABRIL de 2010. Florencia

Tocaba madrugar. A las 7 de la mañana estábamos en pie para poder desayunar a las 7:30 y estar antes de las 8:00 haciendo cola en la Galleria de los Uffizzi. La Galleria abría las puertas a las 8:15 y sobre las ocho y media ya estábamos entrando. Precio 6’5euros por persona.

Durante hora y media vimos la Galleria con la ayuda de una audioguía que alquilamos. No se podía entrar con mochila que te obligan a dejar en consigna (gratuita). Está prohibido hacer fotos dentro y la salida es con paso obligatorio por la tienda.

Cruzamos la Piazza de la Signoria que de nuevo estaba llena de turistas. Atravesamos el Duomo y nos dirigimos a San Lorenzo. En la parte exterior de la Iglesia hay un mercado por el que paseamos para luego entrar en la Iglesia y sentarnos un rato en su claustro a descansar. La entrada al resto de la Iglesia es comprando entrada, pero el claustro es gratuito.

Tras eso hemos paseado hasta la Piazza de Sta Anunzziata donde nos sentamos en una de sus terracitas a tomar un capuchino y un helado enorme por 6’5 euros. Desde esta Piazza se puede contemplar la Iglesia de Sta Annuzziata al frente (de entrada gratuita, con interior de mármol y pan de oro y sus confesionarios todavía en funcionamiento, e incluso con cola) A la derecha de la Piazza otro edificio con pórticos (de Antonio de Sangello y Baccio d’Agnolo). A la izquierda otro edificio con pórticos, el Ospedaledegli Innocenti (llaman la atención los tondi de bebés azules y blancos).

Tras ver la Iglesia caminamos en busca de la Piazza de Sta Croce con la estatua de Dante en la escalinata de la Iglesia. Nos sentamos en uno de los banquitos de la plaza para ver la vida pasar en una plaza muy concurrida tanto por turistas como por los mismo florentinos.

Caminamos hasta la orilla del Arno para ver la fachada de la Biblioteca Nacional. Tras eso entramos en un supermercado donde compramos cocacolas, papas y agua y de camino a la Piazza de la Signoria compramos un par de Foccaccias y comimos en un banquito (total de la comida 8’5 euros)

Con el buche lleno y dado que hoy habíamos madrugado nos dirigimos al hotel a dormir una buena y merecida siesta.

Durante nuestra siesta diluvió en Florencia. Pero al levantarnos todo pasó… jiji…

Nos dirigimos a la Piazza de la Statione, en la entrada principal de la estación está el mostrador de ATAF (la empresa de autobuses municipales de Florencia), el mostrador es una especie de kiosco morado y el personal super amable. Compramos dos billetes sencillos, pedimos un mapa y nos indicaron que para llegar al San Miniato al Monte teníamos que coger el autobús número 12 (la parada nº12  se encuentra en la acera frente a la salida principal de la estación, hay varias paradas seguidas y la del nº 12 es la que está más apartada de la estación y más cercana a la rotonda)

En el autobús fueron los mismos pasajeros los que nos indicaron cuando habíamos llegado. Vimos la Iglesia (era jueves santo y había misa) y bajamos de nuevo a la Piazza Michelangelo donde comiendo palomitas esperamos hasta el atardecer. ¡¡Cientos de fotos con los rosas y los anaranjados del Arno!!

Bajamos paseando rumbo a nuestra cena. Cruzamos el río Arno por el primero delos puentes que nos encontramos y finalmente ese día cenamos en la Tratoria Benvenuto (esquina via de la Mosca con Via Neri). Cena consistente en:

enlatada mixta, antipasta Toscano, 2 platos de pasta y postre compartido. Bebida: Vino ¼, agua 1L y una cocacola por 46 euros los dos

Paseo de nuevo por las calles de Florencia hasta el hotel.

2 de Abril de 2010. Florencia – Lucca – Florencia

De nuevo madrugón, este día queríamos entrar en la Galleria Nacional para contemplar el David de Miguel Ángel y tampoco teníamos las entradas resrvadas. La entrada costaba 6’50 euros y sus puertas se abrían a las 8:15. Curiosamente un grupo de estudiantes americanos con su profesor hicieron lo mismo que nosotros los dos días, madrugar para poder entrar sin colas excesivas. Así pues sobre las 8:00 llegamos allí y sobre las 8:45 ya habíamos salido porque realmente en menos de 30 minutos se puede ver lo fundamental.

De la galleria paseando a través del Duomo y de la Piazza Signoria nos dirigimos hasta Sta. Croce que abría a las 9:30 (entrada nos costó 5 euros). Sinceramente a mí fue lo que menos me gustó (relación calidad /precio)…

Tras la visita a Sta Croce nos dirigimos a la Piazza de la Signoria y nos dimos el lujazo de sentarnos al solecito en el café Rivoire donde un capuccini, una tostada de aceite y sal y un semifredo de café (una especie de copa de helado) nos costó 14 euros (casi ná…) y eso que creemos que se equivocaron a nuestro favor ya que  solo el capuccino eran 5 euros…

Una vez contemplado el ambiente de la Piazza Signoria con cientos de turistas desde la privilegiada localización del Rivoire nos dispusimos a volver al hotel pasando por la farmacia de Sta maria de la Novella (en vía Scala 16), sale en la película Hannibal (al igual que el Rivoire). Merece la pena entrar dentro, es como un museo de perfumes y jabones…. Dejamos trastos en el Hotel y nos dirigimos a la Estación de trenes. ¡¡Por cierto, para entrar en el baño de la estación se encuentra dentro de la cafetería y cuesta 0’60 ctos (abr-2010).

Compramos los billetes de tren para ir y volver ese día a Lucca (cada billete de ida y vuelta cuesta 10’20 euros por persona), y ya de paso compramos los de ida a Pisa para el día siguiente (5’70 por billete)

A las 12:08 salía el tren rumbo a Lucca con llegada prevista a las 13:30. Llegamos puntuales. Una vez sales de la estación en frente hay un parking, y una rotonda. Andando a la izquierda unos 50 metros se encuentra la oficina de Turismo de Lucca donde nos proporcionaron un mapa de la ciudad y nos señalaron los lugares más destacados.

Estando en la oficina de turismo vimos a una pareja de catalanes que dejaron en consigna de la oficina de turismo las maletas, la verdad es que es una idea genial, porque una opción sería salir de Florencia, parar en Lucca para ver la ciudad y seguir rumbo a Pisa (o al revés) en un solo día.

Atravesamos la muralla por san Colombano y fuimos a salir a la parte trasera de la Catedral de San Martino. Entramos a su interior (gratis) y… ¡¡¡qué pena!!!…  ¡¡Andamios!!… aún así es posible contemplar sus bóvedas azuladas con estrellas. De ahí nos dirigimos a la Piazza de San Giovanni (no entramos en la iglesia ) y de ahí a la Piazza de Napoleone y Piazza de Giglio. ¡¡Cómo me estaba gustando esta ciudad!!…. seguimos paseando tranquilamente por sus tranquilas calles hasta la Piazza de San Michelle donde había puestecillos de mercadito que vendían gominolas y demás golosinas y donde se encuentra la Iglesia de San Michelle in Foro (según la guía que llevábamos la entrada es gratuita, pero en todo caso nosostros la pillamos cerrada). Cogimos la vía di Poggio saliendo a la casa natal de Puccini (hay una estatua de él en la puerta, y actualmente no está permitido la entrada a la misma). Seguimos el paseo hasta la torre delle Ore y paseamos por  vía s. Croce hasta la Piazza San Bernardini y luego nos desviamos por vía Anastasio hasta la Torre Guingi (en lo alto de la misma crece una encina, es posible subir por 5euros, pero nosotros estábamos en plan perro y pasamos de realizar dicho esfuerzo).  De allí cogimos rumbo a la Piazza Anfiteatro, llena de cafeterías y tiendecillas con cosas monísimas… Nos compramos unos Contini (una especie de bocata) que cogimos para llevar y nos los comimos tomando el solete en las escaleras de la iglesia de San Frediano. Tras el bocata nos tomamos un café en una cafetería de la plaza (1’80 euros el macciato) y entramos al interior de la iglesia que es preciosa.

Tras visitar la Iglesia de San Frediano, descendimos hasta la Piazza de Sta. Maria para salir de nuevo a la muralla, por donde estuvimos paseando rodeando la ciudad hasta el punto de origen. Merece la pena ese paseo por la Muralla.

A las 17:06 cogimos el tren de vuelta a Florencia que llegó con retraso (sobre las 19horas).

Nos acicalamos en el hotel y decidimos ir a cenar a Tratoria Belle Done (en la vía del mismo nombre). Fue la cena más cara pero también la más peculiar y quizás en la que pedimos más comida, nos costó 64 euros los dos,  perdimos dos entrantes para compartir (Mozarela Bufala con pomodoro y degustación de Crostini toscano) y luego un plato cada uno (un rissoto y un plato de Osobuco). Dos jarras de vino, una de medio litro y otra de ¼ y agua (no tenían cocacola, sólo agua y vino). La decoración no deja desperdicio y ver al encargado en acción es un espectáculo. Todo estuvo buenísimo y aunque el servicio era muy amable quizás fue algo lento.

Tras la cena paseamos hasta la Piazza Signoria donde nos tomamos un cafetito y fuimos hasta el Ponte Vecchio donde había un músico cantando y tocando la guitarra y al que estuvimos escuchando durante casi una hora…. Fue un momento muy lindo, en el Ponte Vecchio, oyendo canciones italianas, los dos juntitios… mmmmm… jajaja…

Vuelta al hotel y a dormir.

3 de Abril de 2010. Sábado. Florencia – Pisa

Este día decidimos dormir hasta las nueve de la mañana. Desayunamos en el hotel y realizamos el check out (310 euros por 3 noches). Dejamos las maletas en la consigna del hotel y volvimos a las calles de Florencia.

Inicialmente nos dirigimos a la Iglesia de Ognisanti donde está la tumba de Boticelli (y un cuadro suyo)  y la tumba de Americo Vespuci. La entrada es gratuita. Justo al lado de esta iglesia, a la izquierda, hay un convento cuya entrada también es gratuita y donde se puede contemplar “La ultima cena de Ghirlandaio“ que al parecer insipiró al propio Leonardo. La verdad es que merece la pena verla.

Paseamos por la orilla del Arno hasta el Ponte Vecchio y atravesamos la Piazza de la Signoria y la Piazza de la Republica.  Al ser fin de semana había muchísima más gente que los días previos, llegaba a ser incluso agobiante, por lo que decidimos irnos rumbo a Pisa para escapar de tanto ruido.

El tren a Pisa salió a las 12:27 y llegó puntual. Fuimos paseando hasta el hotel reina Victoria donde teníamos reservada la habitación con vistas al río Arno. Este hotel…. pues eso, para gustos colores. A nosotros nos encantó pero sabíamos a los que íbamos. Es un hotel con decoración retro retro retro…. pero muy muy retro. Lo mejor sin duda tener la habitación con vistas al río y haber podido ver atardecer desde allí… Nos tocó la habitación 307 y nos costó 130 euros la noche (sin lugar a duda el hotel más caro del viaje).

Dejamos los trastos y nos fuimos a pasear por sus callejuelas, la piazza de los caballeros y finalmente al Duomo con su torre inclinada. Comimos una Focaccia y una cocacola que compramos por el camino por unos 12 euros. Nos lo comimos en el jardín del Duomo contemplando la torre. Cientos de personas ocupan el Campo dei Miracoli.

Tras comer la Focaccia damos una vuelta por el cuomo haciendo ls fotos de rigor y nos tumbamos en las escaleras del campo santo para dormir una minisiesta al solete.  Aunque no teníamos la intención de subir a la Torre (ya lo hemos hecho en anteriores viajes) no había cita disponible hasta las ocho de la tarde que ya era de noche, así que… nos dedicamos a pasear por Pisa, que salvo la zona del Duomo, la Plaza de los caballeros y asomarse al río Arno no tiene mucho más de interés, pero bueno, fuimos en busca de alguna tienda donde comprar queso y pan y nos hicimos los bocatas para la cena.

Una vez comprados los ingredientes para la cena pasamos de nuevo por la habitación del hotel donde preparamos los bocatas y descansamos un ratillo contemplando las vista del río Arno reflejado en la ventana de la habitación.

Tras coger fuerzas nuevo paseo pasando por la Iglesia de la Spina y la Piazza Dante hasta llegar de nuevo a la zona del Duomo donde cenamos nuestros bocatas poco antes del atardecer. Gastos de la cena: queso, pan, cocacolas y papas por un poco menos de 11 euros

Al llegar al hotel como era temprano decidimos tomarnos una copa de vinito leyendo las guías, revistas…

4 de Abril de 2010. Pisa – Valencia

Este era el día de vuelta y no daba mucho de sí. Dormimos hasta tarde, desayunamos en el hotel y recogimos todo para ir caminando hasta la estación de Tren donde por un poco más de un euro compramos el billete hasta el aeropuerto. El trayecto es de menos de 5 minutos.

El aeropuerto de Pisa es muy pequeño y muy fácil orientarte. El vuelo salió puntual y ahora sólo nos falta arreglar las fotos….